La elaboración de cerveza en la Edad Media comenzó siendo para el autoconsumo:
¨Si estas en Cuaresma no hay mejor forma de tomar alimento que la de beber cerveza¨
En los Monasterios, en días de ayuno, descubrieron que podían sobrellevar mejor los días bebiendo el resultado de la fermentación de la malta de trigo o de cebada. Dicha fermentación se hacía en la superficie del líquido por lo que la concentración de alcohol era mayor que en la ¨Lager¨ actual.
Gracias a ello, las primeras tabernas se concentraron en los propios monasterios fruto de la necesidad económica y de la oportunidad para aprovechar el excedente en la producción de cerveza.